Para los aficionados a las tertulias financieras:
1. El Estado no ha rescatado al sector bancario- ha rescatado a las antiguas Cajas de Ahorro (a casi todas).
2. La gestión de las Cajas de Ahorro se había poblado de políticos y sus amigos/familiares.
3. Los gestores, no siendo profesionales, decidieron prestar dinero a deudores que no podían pagarlo.
4. Como las inevitables pérdidas superaban el capital que tenían las Cajas, había riesgo de su extensión a los acreedores, que son los depositantes.
5. Para evitarlo, el Estado inyectó capital (directa e indirectamente), asumiendo esa pérdida.
6. Los gestores de estas Cajas fueron despedidos y, en casos de mala fe, juzgados y condenados.
7. Por tanto, los “rescatados” fueron: (i) los deudores que han disfrutado de algo que no pagaron y (ii) los depositantes que, a pesar de lo anterior, han recibido su dinero igual.
8. Una alternativa hubiera sido que muchos perdieran su dinero por haberlo dejado en una entidad donde los gestores lo prestaban sin tener ni idea. A mí me hubiera parecido razonable, pero, en un país en el que, si la nieve resbala, es culpa es de otro, imagínense la que se hubiera montado.
9. Ahora, los propios “rescatados” son los que claman al cielo con el “rescate de la banca”.
2. La gestión de las Cajas de Ahorro se había poblado de políticos y sus amigos/familiares.
3. Los gestores, no siendo profesionales, decidieron prestar dinero a deudores que no podían pagarlo.
4. Como las inevitables pérdidas superaban el capital que tenían las Cajas, había riesgo de su extensión a los acreedores, que son los depositantes.
5. Para evitarlo, el Estado inyectó capital (directa e indirectamente), asumiendo esa pérdida.
6. Los gestores de estas Cajas fueron despedidos y, en casos de mala fe, juzgados y condenados.
7. Por tanto, los “rescatados” fueron: (i) los deudores que han disfrutado de algo que no pagaron y (ii) los depositantes que, a pesar de lo anterior, han recibido su dinero igual.
8. Una alternativa hubiera sido que muchos perdieran su dinero por haberlo dejado en una entidad donde los gestores lo prestaban sin tener ni idea. A mí me hubiera parecido razonable, pero, en un país en el que, si la nieve resbala, es culpa es de otro, imagínense la que se hubiera montado.
9. Ahora, los propios “rescatados” son los que claman al cielo con el “rescate de la banca”.
Lo que hay que oír.
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